En
la Argentina, como en la mayoría de nuestros países vecinos, la presión
tributaria sobre el combustible es altísima. En el cuadro, vemos que
por cada AR$ 100 de Nafta que consumimos, el 51% son impuestos de los
cuales solo el ITC representa un 45% del total de impuestos. Sin
embargo, en Estados Unidos se paga apenas un 19% en impuestos. Este es
uno de los muchos ejemplos que hay.
Muy
por el contrario de lo que suele creerse, la ganancia neta para la
empresa petrolera no llega al 2% en épocas normales. En circunstancias
de congelamiento de tarifas en periodos extensos de tiempo, y ni hablar
si tienen la mala suerte que al mismo tiempo suba el precio del crudo,
la ganancia neta no llega al 0,5% o incluso se vuelve negativa.
Actualmente, en época de Pandemia, el volumen de venta no llega al nivel mínimo que se necesita para lograr la escala necesaria para llegar a esa ganancia “normal”. Si le sumamos el congelamiento de tarifas que ya lleva varios años acumulados, hoy día, las empresas petroleras están con números al rojo vivo respecto al negocio de venta de combustible minorista.
Actualmente, en época de Pandemia, el volumen de venta no llega al nivel mínimo que se necesita para lograr la escala necesaria para llegar a esa ganancia “normal”. Si le sumamos el congelamiento de tarifas que ya lleva varios años acumulados, hoy día, las empresas petroleras están con números al rojo vivo respecto al negocio de venta de combustible minorista.
Si vemos la evolución del precio del crudo por barril de los últimos años (grafico), tenderíamos a creer que dada una fuerte baja en el precio del mismo durante el 2020, cuya explicación claramente esta basada en la escases de demanda por la Pandemia, el precio del combustible debiera haber bajado, sin embargo, en la Argentina nada baja de precio . ¿Porque? Es bastante simple, las petroleras tuvieron la suerte (pura lógica del mercado a decir verdad) que el precio de su principal costo disminuyera, caso contrario, con la baja demanda de combustible en surtidor, tarifas congeladas y la alta presión tributaria, la situación hubiese sido absolutamente insostenible y la quiebra inevitable.
Como conclusión, el ahogamiento a las empresas petroleras, en Argentina, es solo un ejemplo de como se presiona a las empresas a la quiebra por un lado y se las demoniza por el otro. Cuando, en este rubro en particular, hay suba de precios en surtidor, nos cuentan que “la corporación en contra del pueblo sube los precios para ganar mas”, sin embargo, en los ajustes de los últimos, vemos que la suba de precios en surtidor es simplemente para trasladar (y no el 100%) una suba de impuestos.
No creamos el relato y empecemos a confiar en el mercado.
Comentarios
Publicar un comentario
Nos interesa conocer tus comentarios. Ingresa debajo tu opinión a este artículo.